lunes, 23 de abril de 2007

29 DE ENERO DE 2007


Bahía Blanca • República Argentina
lunes 29 de Enero de 2007
COMENTARIO Liniers fue más certero
Se recuperó ante Rosario, como visitante, al que venció por 2-1 con los tantos de Julio Acosta y Juan Blanco. Damián Graf descontó para los tricolores. Ambos equipos tienen 3 puntos en la Zona 44.


Julio Acosta salta en el área de Rosario junto a Francisco Temporetti. (Juan Corral-LNP)
Por su oportunismo para golpear en los momentos precisos y su dominio estratégico durante la mayor parte del segundo tiempo, Liniers se alzó con una victoria importantísima en Punta Alta que le devolvió las chances de clasificación en la Zona 44 del Argentino "C". Con las armas que lo llevaron a ganar por dos años consecutivos el título del fútbol de la Liga del Sur y goleadores repetidos e implacables (Julio Acosta y Juan Blanco, uno en cada etapa), derrotó por 2-1 a Rosario en un choque clave para las pretensiones de ambos conjuntos en la competición regional.
Por una cabeza. Las acciones tuvieron la paridad que se presumían en el inicio. Se jugó en la zona media, sin mayores espacios y abusando de los pelotazos que facilitaron los reiterados despejes de los defensores. En ese panorama, Rosario asomó con más ambiciones. Especialmente por la movilidad de Aníbal Zweedyk por la franja derecha, el auxilio permanente de Sebastián Ramírez y los inquietantes desplazamientos de Gabriel Ramos y Carlos Bustos. Horacio Azzolini se inclinó por Francisco Müller para reemplazar al suspendido Horacio Mansilla y ubicó al lateral de Pacífico por la izquierda para frenar las subidas de Blanco y Facundo Lagrimal. También destinó a Francisco Temporetti y Héctor Modarelli como stoppers de los temibles Acosta y Lucas Gamietea y respaldó la defensa con la presencia de Guido Jerez como último zaguero. El planteo se llevó a cabo con éxito hasta los 20, incluso con una llegada de Ramos que motivó un providencial despeje albinegro en el área menor. Liniers, de a poco, se plantó con firmeza. Emergió Gabriel Langol atrás, se proyectó Lagrimal y empezó a complicar el tridente Blanco-Acosta-Gamietea. Precisamente al rubio delantero le cometieron una infracción sobre un costado que le abrió el camino del gol a los bahienses. De arriba, con una fórmula conocida (Blanco como asistidor y Acosta en el rol de definidor), estableció el desnivel a los 21. El certero testazo de "Julito" puso el 1-0. Desde entonces, y por un segmento bastante pronunciado, los orientados por Néstor Santanafessa aprovecharon la desesperación de su adversario para mover el esférico y acercarse hasta la valla de Víctor Paz. Más resueltos en terreno ajeno, el rionegrino Acosta y Lagrimal dispusieron de un par de chances propicias. Rosario insinuó una levantada en el tramo epilogante de la fracción. Guiados por la experiencia de Martín Cardozo, cerca estuvo de empatar en los pies de Bustos. El "7" le pegó a la parte exterior de la red en un mano a mano con Echeverría y luego lanzó un centro que Lagrimal, del otro lado, mandó al córner.
Amplió, no lo definió y sufrió. Liniers controló el trámite en el período complementario. Ajustó marcas en la mitad, se asentó en el fondo (creció la tarea individual de Mario Martínez) y manejó el balón con mucha soltura. Hernán Rosell empezó filtrase a espaldas a Zweedyk, Blanco administró el ritmo y Gamietea no pudo ser contenido. Su potencia estableció el desequilibrio. A los 14, el "9" escapó a Temporetti y desde la línea de fondo la cedió para el brutal envío de Blanco, quien la calzó como venía y la estrelló contra la red para el 2-0 que le dio a los "chivos" la tranquilidad necesaria para su posterior desenvolvimiento equipista. Rosario, que ya tenía a Luis Mastrángelo por el lesionado Bustos y jugaba con línea de tres por el ingreso de Daniel Durán por Müller, no tuvo la misma compostura de los 45 iniciales. Ramos la pidió, pero careció de compañía, Zweedyk decayó en su nivel y el temperamento de Ramírez y los piques de Mastrángelo conservaron la esperanza. Sobre todo porque Liniers dilapidó varias ocasiones. Gamietea "reventó" el travesaño, Rosell no le acertó al arco y Acosta tampoco consiguió empujarla al gol. Azzolini jugó sus cartas con Damián Graf por Trotta y el grandote, de palomita, mandó a la red un rebote en Adrián Echeverría tras un remate de Mastrángelo. Lo que restó --con adicional incluido-- no modificó la historia pese a un cabezazo débil de Ramos que terminó en la "bolsa" de Echeverría. Liniers ganó bien, ajustado en los guarismos, pero con absoluta justicia por su mejor desempeño colectivo en el complemento.

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